EL CAMPO DE ENERGIA HUMANO Lector: quiero advertirte algo antes que continúes paseando por ésta página. No soy filósofo, matemático ni físico, solo alguien quien desea mostrar el lente a través del cual observa una realidad más profunda y trascendente que aquella que me fue enseñada por la academia convencional. Dado que la temática del campo de energía humano exige el manejo de conceptos de física, abordaré inicialmente, y de manera rápida, algunas ideas básicas antes de poner en consideración de usted nuestra teoría. A partir del postulado de Albert Einstein: toda materia es energía, traducción de su conocida ecuación E=mc^2 (en la ecuación completa interviene una constante de proporcionalidad) se gestó una grieta en la física de Sir Isaac Newton, quien concebía el universo como producto de la interacción directa de elementos de forma "uno a uno", es decir de causa - efecto. La mecánica Newtoniana muestra una realidad que puede ser fragmentada y sus componentes analizados separadamente del conjunto que hacen parte. Cuando vemos al ser humano como una formidable máquina compuesta por cerebro, ojos, orejas, cuello, corazón, hígado, etc., lo hacemos bajo el paradigma fragmentador de Newton, de hecho nos hemos especializado y sub especializado, hasta lograr, casi, descifrar el genoma humano. Pero, ¿estamos viendo realmente al ser humano?, ¿no será, tal vez, que observamos sus componentes, como quien descubre las piezas de un fino y complejo reloj Suizo?. Einstein demostró que energía y materia son la expresión dual de una misma sustancia universal. Los físicos de su época (comienzos de siglo XX) encontraron en sus experimentos que los electrones aparentemente no habían leído los postulados de Newton, quien les advertía que si ellos (los electrones) hacían parte del mundo material, debían comportarse como "masa", es decir, debían aparecer como bolas de billar. Pues no, los señores electrones unas veces se mostraban como ondas y otras como materia. Para completar el tormento de los físicos, esos malvados electrones se dieron la tarea de adquirir la "forma" de acuerdo al observador y el momento del experimento, esto condujo a un cisma en la ciencia del momento y uno de aquellos observadores, el más calmado y, posiblemente, el menos comprometido con Isaac, expresó: "Todo depende del observador", (que maravilla!), estableciendo el principio de incertidumbre de Heisenberg, que cayó como un formidable hachazo al roble Newtoniano. Para explicar la causa que le facilita a un elemento adquirir diferente aspecto, dependiendo del observador, se postula que de acuerdo al tipo de frecuencia en que la sustancia vibre así se "verá" su "forma". Existe, para el caso, una analogía ilustrativa: imagine un piano, al pulsar la primera tecla, a la izquierda del teclado, generará un Do de sonido grave, en la siguiente octava lo hará en una frecuencia menos grave (agudizándose), hasta encontrar en la última octava un Do agudo dado por una cuerda vibrando a frecuencia alta. La forma material del electrón, ó bola de billar, se daría cuando éste vibra en una frecuencia baja (el Do de la primera octava) y su presencia en forma de onda se verá cuando éste vibre en frecuencia alta (el Do de la última octava). Tendremos, para resumir el concepto, que la forma de la sustancia se dará dependiendo de la frecuencia en que se encuentre vibrando el elemento, pudiendo, en un mismo momento, presentar diferente forma (onda ó materia) que solo dependerá del momento y lugar de quien lo observe. Somos energía que, vibrando en baja frecuencia, adquiere la forma física que llamamos cuerpo humano. Pero, igualmente y en el mismo momento, tenemos un cuerpo energético sutil que vibra en alta frecuencia; éste componente energético, llamado cuerpo sutil, nos rodea y se enlaza con el componente material. La física nos enseña que en un mismo espacio pueden coexistir distintos tipos de energía que vibran en diferente frecuencia sin que se destruyan. De hecho, ahora, en el espacio que usted ocupa está presente su cuerpo físico, la radiación electromagnética de su computadora, los rayos gamma, las microondas, las ondas de radiodifusión, la luz solar o de la lámpara, su campo de energía sutil (el aura del que hablan los escritos esotéricos), otros campos de energía de personas cercanas o distantes a Ud., el campo de energía de éste escrito, etc. Fíjese, este rollo, lo comprenderíamos mejor si se compara con el sistema emisora - radio: en un mismo momento y lugar están presentes múltiples ondas que vibran en distinta frecuencia, pero dependerá de la posición del selector de canal en el dial, la emisora que se escuchará en el receptor: todo depende del observador. Los médicos que abordamos al enfermo desde un plano que evita fragmentar su identidad, debimos abandonar la escuela Newtoniana, pilar de la medicina oficial, y encontramos en la física cuántica la base para formar la estructura que soporta la visión de un ser humano completo, dejando a un lado el concepto organista ó desintegrador. Hemos observado que las modificaciones gestadas en el cuerpo físico realmente están respondiendo a cambios producidos, inicialmente, en el campo de energía sutil, como si el cuerpo físico se comportara a manera del receptor de radio que sintoniza la música que en ése momento se encuentra emitiendo la emisora llamada campo sutil. Mi vocación de chismoso me llevó a explorar en la difícil área de la emoción humana y, como muchos de mis colegas "no convencionales", encontré como la realidad que "observamos" es producto de la materialización de lo que se encontraba vibrando en el campo de energía que nos rodea. ¿Recuerda que habíamos hablado de la ecuación einsteniana E=mc^2 y que ello nos llevaba a decir que energía y materia son caras de la misma moneda?, Bien, ¿no cree usted que ello puede ser extrapolado a una realidad macro que nos envuelve?, Yo, por ejemplo, tengo muy claro que realidad es el lado material de aquella energía que se encuentra en una vibración de alta frecuencia. Tal vez le habrá sucedido que estando en una reunión, de improviso usted gira la cabeza hacia atrás y su mirada se enfrenta con una persona que lo había estado observando. En ese momento aquella persona desvía su vista hacia otro lugar. Ud. se preguntará ¿por qué me observaba?. Probablemente dicha persona no sabía que lo estaba mirando, sencillamente se encontraba pensando en algún problema que lo atormentaba y, mientras eso hacía, dejó la mirada sobre su cabeza. Realmente lo que usted percibió fueron los problemas que aquella persona estaba procesando en su cerebro. Así como nosotros nos comunicamos mediante el lenguaje oral, los campos de energía interactúan a través de emociones. Lo que usted "sintió" fue la emoción contenida en el campo de energía de quien "lo miraba" y reaccionó, girando la cabeza, para "cortar" ése vínculo. ¿Alguna vez participó como entrevistador en el proceso de selección de un trabajador, ó ha sido entrevistado para obtener un empleo?, posiblemente notó que en algún momento se topó con el tipo de trabajo que colmaba sus expectativas pero había "un algo" que no "cuadraba" con usted. O encontró a la persona que llenaba el perfil de la vacante, pero existía "un algo" que no lo dejaba tranquilo para dar el visto bueno al candidato. Bien, "ese algo" no lo percibió su cerebro racional, lo capturó su campo de energía sutil a través del lenguaje "no racional" de los cuerpos sutiles. Aquel "mensaje" que percibió de forma inconsciente puede ser integrado a su vida racional, a su cotidianidad, al modelo del pensamiento lógico, de manera consciente y, en ello estoy convencido cien por cien, de esto depende el éxito de cualquier empresa que acometamos. Su campo de energía sutil se encuentra conectado con el de las personas que lo rodean a través de conectadores igualmente sutiles. Un grupo de personas afines (familiares, amigos, miembros de organizaciones, etc.) estructura el campo energético que vibra a una frecuencia de tipo "resumen" de las frecuencias de los campos individuales. Este campo grupal se entrelazará con otros campos individuales, grupales, universales, tejiendo una red de conexiones que forman el inconsciente colectivo, el mismo del que habló Carl Jung y que ahora se conoce como el campo de resonancia mórfica de Rupert Sheldrake. Yo siempre he visualizado todo éste cuento, referente al campo de energía que nos envuelve individualmente y sus conexiones con otros campos grupales y/o individuales, como si mi cuerpo sutil fuera mi biblioteca personal donde coloco la información que he usado, la que usaré en tiempo mediato y la que me orienta a buscar en otra biblioteca universal. Esta última sería la trama de conexiones que lleva la información personal de otros campos, las expectativas individuales y/o grupales (la visión mía, la suya, la nosotros como grupo), la de aquellos que murieron físicamente pero dejaron en el inconsciente colectivo su experiencia y expectativas y que, de allí, podemos tomar la información que necesitamos en un momento determinado para resolver determinada situación. Fíjese: ¿alguna vez ha notado cómo después de haber estado procesando informaciones para resolver un conflicto, la solución aparece en el momento menos esperado, como manejando el vehículo y sin pensar en el problema, conversando con algún amigo de algo muy diferente a la cuestión, leyendo el periódico?, Bien, en ése momento el cerebro derecho, el integrador, el receptor de la información de los campos de resonancia mórfica, del inconsciente colectivo del que hablamos, integró la información del problema (usted la había fragmentado según su línea de pensamiento lógica) con datos presentes en aquella red, para facilitarle la toma de una decisión. ¿Se ha fijado cómo personas que no tienen vínculo alguno entre sí (de manera material) "inventan" casi en un mismo momento el mismo producto?. El bioquímico Inglés Rupert Sheldrake, en su obra "una nueva ciencia de la vida", en 1981 nos refiere un experimento fascinante: un grupo de ratas aprende un truco, mediante el usual método de recompensa y castigo después de 90 ensayos, luego a otro grupo de ratas, de la misma especie pero sin ningún tipo de vínculo hereditario y en otro continente, se las expone al mismo experimento, aprendiendo a resolver la prueba en 30 ensayos, se sigue realizando el experimento con otras ratas en otros sitios y cada vez se encuentran con que se necesitan menos sesiones para que las ratas aprendan el truco. Pareciera que una vez que un grupo de miembros de una especie aprende algo, esto queda registrado de alguna forma en "algún" lugar al que puede acceder otro miembro de la especie. En nuestra consulta bioenergética nos vemos frecuentemente enfrentados a situaciones que no hemos buscado directamente en un determinado paciente, como inducciones a la "regresión". Cuando un paciente viene en búsqueda de ésta experiencia, no le extrañará "vivir" emociones "de otros" en un ambiente usualmente desconocido por él, pero cuando el evento aparece de manera espontánea la situación puede desencadenar una situación desagradable. La explicación para la aparición de éstas "vivencias" no es otra cosa que la "sintonización", bajo una técnica especial, en una banda frecuencial específica contenida en el campo de resonancia mórfica o el inconsciente colectivo. Realmente la persona se convierte en receptor de la información "emocional" vivida por otra persona en otro momento, que quedó "grabada" en el campo de resonancia mórfica, de igual forma que se consigna el aprendizaje de las ratas en el inconsciente colectivo de dicha especie. No puede uno, como terapeuta, asegurar que dicha persona haya vivido esa experiencia, en el pasado remoto, solo que, de alguna manera, tiene más facilidad para sintonizarse con dicha "emoción". Bueno, volviendo al cuento que nos trae hoy, quisiera resumir los conceptos que he anotado, antes de abordar la última parte, la que considero fundamental para dar pasos de éxito en la vida. Hemos dicho que cuerpo físico y cuerpo sutil son las dos formas de presentación de una misma sustancia, de un mismo Yo. Que el cuerpo físico estaría vibrando a baja frecuencia y el sutil en alta. Que el cuerpo sutil se entrelaza con otros campos de energía individuales, colectivos y el universal. La trama de enlaces formaría el gran inconsciente colectivo, que podría sub agruparse como inconsciente grupal, dependiendo de la organización específica de la que se hable. Esta plantilla energética que nos rodea individualmente, se compone de la sustancia básica universal, energía heredada y nuestras expectativas. Esto último será lo que se condensará estructurando nuestra realidad. Se debe inferir, aquí, que la realidad material será la estructuración física de una realidad sutil que Ud. debe haber elaborado en su campo de energía. Es decir, primero se escoge, del amplio tapiz donde danzan nuestras posibilidades, aquello que emocionalmente deseo que ocurra, el objetivo, esto se adhiere a la plantilla sutil en una vibración de alta frecuencia, será como colocar una información en la biblioteca, para que otros campos tengan acceso a ello. En los enlaces que se ejecutan en éste inconsciente colectivo, se juega nuestro futuro, pero todo dependerá, únicamente, de lo que hallamos colocado, de la calidad de nuestro paquete informativo. Posteriormente se estructurarán las necesidades físicas para que ésa realidad sutil pase a vibrar en baja frecuencia. A través de técnicas desarrolladas en medicina bioenergética, facilitamos los caminos para acceder a éstas "zonas" sutiles e implantar la semilla, de alta frecuencia, que generará TU realidad. JGB, febrero 19 1999. "..el destino, lo sé ahora, no viene de ninguna parte, se desarrolla en el propio interior.." Herman Hesse JESUS GONZALEZ
BARCHA, M.D. |